La sexualidad humana, es un componente complejo, aún más determinar conductas sexuales normales y anormales, veamos lo que dice la literatura, para esclarecer esta cuestión.
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (5ta edición), explica: El término parafilia denota cualquier interés sexual intenso y persistente distinto del interés sexual por la estimulación genital o las caricias preliminares dentro de relaciones humanas consentidas y con parejas físicamente maduras y fenotípicamente normales. En algunas circunstancias, los criterios “intenso y persistente” pueden ser difíciles de aplicar, como en la valoración de personas de edad avanzada o enfermas y que no pueden tener intereses sexuales “intentos” de ningún tipo.
Un trastorno parafílico es una parafilia que causa malestar o deterioro en el individuo o una parafilia cuya satisfacción conlleva un perjuicio personal o riesgo de daño a terceros. La parafilia es una condición necesaria pero no suficiente para tener un trastorno parafílico, y la parafilia por sí misma no justifica o requiere necesariamente la intervención clínica.
Ortiz-Tallo (2014) nos explica más detalladamente: la mayoría de las veces es durante los primeros quince años de vida cuando se adquieren las preferencias o los intereses sexuales. Estas preferencias suelen marcar el resto de nuestras vidas. Se conoce con el nombre de parafilia cuando el interés o la excitación sexual de la persona está centrada en fantasías o comportamientos sexuales recurrentes caracterizados por objetos o situaciones que no son los habituales, que se apartan de lo que son considerados estímulos sexuales normales o que afectan la capacidad para tener relaciones eróticas con otras persona. Se podría precisar que para considerar una fantasía o un comportamiento parafílico habría que tener en cuenta el grado en el que interfiere en la persona que lo padece y si le impide establecer relaciones sexuales satisfactorias.
Podemos clasificar a las parafilias de la siguiente manera:
a) Preferencias con objetos no humanos
Fetichismo. Uso de objetos no animados para obtener excitación sexual, los más frecuentes son: ropa interior, medias, zapatos, botas.
Travestismo o fetichismo travestista. Consiste en excitarse y masturbarse mientras está vestido con ropas femeninas.
b) Preferencias que suponen sufrimiento y humillación
Sadismo. Disfrute en actos sexuales en los que existe sufrimiento físico o psicológico de la víctima.
Masoquismo. Consiste en el disfrute sexual de ser humillado, golpeado, atado o al recibir cualquier tipo de maltrato físico o psicológico.
C) Preferencias sexuales con parejas que no consiente
Exhibicionismo. Excitación sexual al exponer los propios genitales ante una persona extraña.
Voyeurismo. Hace referencia a la persona que tiene comportamientos repetidos en los que disfruta exclusivamente con el hecho de observar ocultamente a personas desnudas, desnudándose o en plena actividad sexual.
Froteurismo. Supone el disfrute con el roce y el contacto con una persona en contra de su voluntad. El sujeto, habitualmente varón, suele apretar sus genitales contra las nalgas de su víctima o trata de rozar los pechos o los genitales de su víctima.
Pedofilia. Consiste en mantener actividades sexuales con niños prepúberes, generalmente menores de 13 años.
D) Otras
Necrofilia. Mantener relacione sexuales con cadáveres
Hipoxifiia. Excitación masoquista con la falta de respiración.
Zoofilia. La atracción sexual por los animales.
Coprofilia. Excitación con las heces.
Clismafilia. Atracción por la utilización de enemas.
Escatología telefónica. Llamadas telefónicas obscenas.
Bibliografía
Asociación Americana de Psiquiatría. (2014). Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales (5ta edición). España: Médica Panamericana.
Ortiz-Tallo. (2014). Psicopatología clínica: adaptado al DSM-5. España. Ediciones Pirámide.